quinta-feira, 1 de agosto de 2013

Las necesarias Tierras Comunitarias de Origen lunes 05 de noviembre


lunes 05 de noviembre de 2012 La Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Itonama comienza en la orilla boliviana del río. Llegamos a la zona de Mateguá-Matrinchán. Este reconocimiento de tierras es probablemente la mejor forma de conservar el territorio que nos EN RELACIÓN
Por Pedro González del Campo
Los lugares mejor conservados que hemos conocido son aquellos titulados a comunidades originarias y tradicionales, extensiones que son de todos y de nadie en concreto, y en donde las prácticas tradicionales de vida otorgan la garantía de conservación y la supervivencia de sus habitantes.
Mateguá se presentó al atardecer como un espejismo que creíamos haber pasado hace horas en alguna equivocación en la navegación. Llegamos al filo de la noche y rápido nos invita Eduard, el profesor, a cenar en su casa. Mientras se cocina la tartaruga (que será la base de nuestra alimentación en estos días) vamos haciendo gestiones para conseguir algunos víveres que nos faltan para continuar. En la búsqueda topamos con la gente que trabaja para la prevención y cura de la malaria. Llegaron hace unos días y están haciendo pruebas a la gente de Mateguá, dando charlas informativas acerca de prevención y cura, fumigando y repartiendo tratamiento médico en un lugar donde apenas viven 100 personas y hay 7 casos de malaria en este momento. El lugar más alarmante en la ribera del Iténez según nos cuentan. Montamos nuestra pequeña carpa debajo del manguero principal junto a la orilla y después de que nos den el resultado negativo de la prueba de la malaria caemos rendidos al sueño.
Es al día siguiente cuando llegamos a Matrinchán, a penas dos kilómetros río abajo, cuando empezamos a conocer bien la vida en esta parte del río. Allí aparece Doña Otilia, la madre de una familia que pasará a ser la nuestra durante los siguientes días. Lalo, el patriarca de la familia, vuelve de rozar su chaco mientras nosotros estamos compartiendo un café y dándole algunos medicamentos a Otilia para calmar el reumatismo que la tiene casi inmovilizada. En seguida ve la oportunidad de compartir la la enorme tartaruga de debajo de su cocina que hace unos pocos días trajeron sus hijos y no duda un momento en pedirnos ayuda para matarla y ponerla al fuego para celebrar la llegada de los visitantes.
Lo que sigue son 10 días de compartir tiempo con una familia que dio todo por dos remeros corajudos con ganas de sentirse parte del río. Como agradecimientro, nuestras manos se pusieron a disposición de quien lo necesitara en Matrinchán. Con Chiqui y Jade -hijos de Lalo y Otilia- estuvimos rozando chaco tres díasfuimos a cosechar coca silvestre durante varias jornadas para paliar el cansancio del campo, cortamos leña para la cocina de Otilia que nunca paraba de echar humo, matamos los petos que poblaban el techo de la casadesmontamos el techo de la casa de afuera para hacer uno nuevo, vamos a cazar petas y tartarugas, a pescar para el sustento diario y sobre todo conversamos muchas horas cada día, riendo y encontrando el cariño de una gente que supo conectar con nuestras buenas intenciones y a los cuales estamos enormemente agradecidos.

Las TCO y las fuentes de ingresos en la TCO Itonama
Quienes tradicionalmente poblaron estas tierras son los que se vinieron a llamar Itonamas. Algunas de las personas que habitan el entorno del Iténez y los ríos Blanco e Itonamas son descendientes de ellos. Otras son hijos de los trabajadores del caucho venidos de diferentes partes del Beni y Santa Cruz, prácticamente todos de origen indígena y que dejaron su vida trabajando en tierras tradicionalmente Itonama. Hoy son hijos del río que también comparten la titularidad de la TCO con los Itonamas, encontrando así una forma de existir mucho más digna y en consonancia con su entorno en el que han sido criados y de donde no quieren ser desposeídos.
En esta zona se vive principalmente de la castaña amazónica (Bertholletia excelsa)Bolivia es el principal país exportador de castaña y este fruto seco proporciona el sustento económico en toda zona. La castaña genera aproximadamente el 75% de todo el movimiento económico de la zona Norte de Bolivia, con US$ 80 millones anuales y alrededor de 30.000 empleos directos (Fuente. Brasil y la castaña, Ibce, 2009). Durante unos cuatro meses (de enero a abril) los habitantes de toda la región van hacia los castañales que tienen tierra adentro, donde el agua no llega a inundar el monte. Allí, en plena época de lluvias y con unas concentraciones de mosquitos que acobardan a cualquiera, se van formando campamentos donde permanecen semanas. Por parejas, unos van amontonando los durísimos cocos que contienen el fruto, mientras detrás van los quebradores que con un machete y mucha práctica van abriendo de un golpe certero lo que a otros nos llevó unos veinte intentos. Una vez terminada la jornada de recolección, cada uno debe volver al campamento cargando durante varios kilómetros con los sacos recogidos ese día, con su humero para espantar los mosquitos y las herramientas. Duro trabajo gestionado en comunidad, que aporta beneficios a todos sus habitantes en función de lo que cosechen y en forma de regalía a la comunidad por cada saco vendido. Estas semanas de recolección aportan en muchos casos el 100% de ingresos económicos, que da para comprar víveres para el resto del año, ropa y tener algo de dinero para posibles imprevistos. En lo que queda de año el río provee de alimento, así como el monte y los chacos. Una economía de subsistencia que permite, malarias aparte, que el estado general de salud de los habitantes sea envidiable por cualquier urbanita común. En Mateguá y más abajo en Versalles, además han conseguido que se certifique su castaña como ecológica, lo cual hace que la remuneración sea mayor.
Estos pequeños logros en el manejo de la tierra y el beneficio que producen a la comunidad viene dados por la posesión comunitaria de la misma que las TCO proporcionan. Según la Ley Nº 1715 Ley INRA  del artículo 41. 5 dice lo siguiente acerca de las TCO: “Las tierras comunitarias de origen son los espacios geográficos  que constituyen el hábitat de los pueblos y comunidades indígenas y originarias a los cuales han tenido tradicionalmente acceso y donde mantienen y desarrollan sus propias formas de organización económica, social y cultural, de modo que aseguren su sobrevivencia  y desarrollo. Son inalienables, indivisibles, irreversibles, colectivas, compuestas por comunidades o mancomunidades, inembargables e imprescriptibles”.
Para explicar el recorrido de las TCO hasta hoy tomamos las palabras de este artículo de la revista SOGIP:
Desde el inicio de los años noventa, los pueblos autóctonos de Bolivia consiguieron colocar el tema de la territorialidad autóctona en la agenda política nacional, organizando marchas reivindicativas y participando a los debates sobre las políticas agrarias.
Después de la primera marcha de la CIDOB por el « Territorio y Dignidad » (1990), el Estado reconoce nueve territorios por decretos. En 1996, la Ley del Instituto Nacional de Reforma Agraria prevé la dotación de Tierras Comunitarias de Origen (TCO) a los pueblos autóctonos. Esta medida se ha traducido en un extenso movimiento de territorialización étnica. Alrededor del 40% del territorio nacional está bajo régimen de TCO o debería estarlo en breve[...]
En 2006, la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria dio un impulso importante a las expropiaciones de tierras adquiridas u ocupadas ilegalmente, proceso dentro del cual se dará prioridad a la transferencia a las « comunidades indígenas originarias y campesinas ».
Entre 2006 y 2008, los pueblos autóctonos participan activamente en la Asamblea Constituyente. Gracias a una alianza política con el partido de Evo Morales y varias organizaciones sociales consiguieron instaurar en la nueva Constitución el principio de autonomía territorial para los pueblos autóctonos denominada « autonomía indígena ».[...]
A pesar de estos avances históricos, el derecho a la consulta previa, libre e informada de los pueblos autóctonos constituye un tema de debate entre estos pueblos y el Estado boliviano. Si, por una parte, la Constitución declara que la explotación de los recursos naturales está sujeta a una consulta previa de la población afectada basada en el respeto de las normas y procedimientos locales; por la otra, el gobierno lleva a cabo megaproyectos y proyectos extractivos petroleros o mineros que no consultan o en los que no participan directamente de los pueblos autóctonos.
Cuaderno de a bordo
Domingo 9 de septiembre. Día 18
-Salimos al amanercer y en la primera playa que encontramos observamos a los bufeos cazando en la pandura. Todo un espectáculo matutino.
-De ahí vamos al frente, tras el fuerte sonido de lo que nos lleva pareciendo un tigre varios días aunque nos caben dudas. Nada más desembarcar cesa y aparecen 3 nutrias con la actitud habitual desafiante. No conseguimos nada del supuesto tigre. Más tarde nos enteraremos de que son monos aulladores. Más adelante sacamos huevos de peta desenterrados por los suchas para nuestro mullangué.
-Navegamos y cocinamos en marcha bajo el sol. Entramos en un brazo sobre las 11:00 en la parte boliviana. Está llenísimo de arena, hay rastros de peta caminando hacia sus nidos, huellas y excrementos de tigre, patos, atajacaminos, limícolas y arena. Tanta arena que parece un desierto en medio de la selva, como un "antioasis".
Martes 11 de septiembre. Día 20
-Paramos en una playa y vemos muchas huellas de tigre. Secamos la caseta y continuamos.
-Hay muchos brazos e islas. Llega un momento en el que pensamos que nos hemos pasado Mategua. A eso de las 13:00, con muchísimo calor, paramos en una playita de apenas 10 m2 en una itersección. Un paraíso.
Miércoles 12 de septiembre. Día 21
-Llegamos a Matrinchán, nos recibe Otilia con un café y buen humor. Lalo, su marido está rozando el monte.
-Lalo llega y matamos una tartaruga, 132 huevos y carne para muchos. Desayunamos, comemos y cenamos tartaruga, arroz y chivé.
Jueves 13 de septiembre. Día 22
- Desayunamos en familia y bajamos con Chiqui y Jade en la canoa a raveta hasta un lugar donde pasamos la mañana cosechando coca silvestre, en el lado brasileño.
-Sobre las 11:30 empezamos a subir de nuevo. De camino Jade atrapa dos petas y una tartaruga pequeña, saltando sobre ellas desde la canoa.
Domingo 16 de septiembre. Día 25
-Viene a recogernos desde Mateguá Florencio para llevarnos al veinte cumpleaños de Roberto. Son colonos del occidente que pertenecen a una congregación religiosa llamada Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal. Cubren las mujeres sus cabezas con un velo largo, ellos se dejan crecer bigotes y barba larga. Hablan de la llegada del anticristo, chips dentro de la piel en europa con fines satánicos y de que el fin de la pobreza y el socialismo de Evo Morales son la señal de su presencia. Agradecemos la comida y entregamos nuestro regalo a Roberto, una bolsa de coca silvestre, con lo que se pone muy contento.

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