Desde hace algunos años, en el inconsciente colectivo, en la charla de café y, sobre todo, en los medios de información, la palabra Venezuela circula como un nuevo paradigma. Muchos hablan de Venezuela, desde lo mejor a lo peor, aunque esto último es lo que más resuena en los discursos de las cadenas mediáticas de otros países. Todos cuentan, todos saben. O dicen saber. Pero siempre nos preguntamos: ¿cuántos de todos ellos conocerán mínimamente Venezuela?
Aquí alguna de nuestras reflexiones...
Comunicación popular y radios comunitarias
Dentro de la efervescencia política que se vive día a día en la República Bolivariana de Venezuela, y sobre todo con las pasiones y odios que genera un presidente como Hugo Chávez Frías, es lógico, que en los últimos años, hayan surgido allí muchas radios comunitarias, populares, alternativas.
A diferencia de otros países de Latinoamérica, en este país el Estado apoya firmemente estos procesos populares. No solo entregándoles equipo técnico de última tecnología (cosa que nos consta), sino también con capacitación y con apoyo, por ejemplo, para pagar remuneraciones a los operadores técnicos.
Algún descreído dirá que en ese caso el Estado y el gobierno se aprovechan de estas radios para bajar línea o para decidir qué se pasa y qué no. Pero, ¿habrá una maquinaria estatal que pueda controlar todo lo que pasa por la tantísima cantidad de emisoras populares que existen legalmente en Venezuela? Alguien puede pensar que sí. Para nosotros, y según lo que vivimos, eso no sucede. Pero acaso, si así fuese, los grupos siempre olvidados por los grandes medios de información y difusión, ¿dónde tendrán más chance de expresarse?
Resulta ilógico pensar que uno de los estados que más licencias y apoyo otorgó a medios alternativos y comunitarios, lo haga simplemente por un factor gubernamental. Más ilógico es pensar, o repetir como loros, que allí hay censura.
En varias de las radios que visitamos, es cierto que la mayoría apoya al proceso de cambio de ese país, por convicción. Lo que no significa que sean medios “adictos” al gobierno o medios partidistas. En estas emisoras lo cultural, lo comunitario y el sentido social de la comunicación es lo que prima.
La mayoría de estas radio nacieron a partir de 2002. Después del golpe de estado de abril de ese año. No es un detalle, si tenemos en cuenta que ese fue principalmente un golpe mediático, reconocido por las propias cadenas televisivas (¿no nos creen?, entonces no dejen de ver la película: “La revolución no será transmitida”)
También, es bueno decir que aún falta, como siempre ha faltado y faltará en la construcción de medios populares, pero creemos que en Venezuela hay más chance y oportunidad que en otros países del cono sur.
Censura y libertad de expresión
Duele mucho escuchar que en Venezuela no hay libertad de expresión o que hay censura. No solo por lo que contamos de las radios comunitarias. Duele escuchar esto en un país donde una legisladora es capaz de pararse en medio del Congreso y gritarle al presidente de la nación: ladrón. Y no por que lo acusa de ser corrupto o porque se ha quedado con algún vuelto, le dice ladrón a los cuatro vientos porque para ella “expropiar es robar”. ¿Existe en la historia de Latinomérica algún caso de que alguien que le grite ladrón a un dictador, y que esa persona siga viva o no vaya presa? Bueno, esa legisladora venezolana goza de su plena libertad, sigue diciendo lo que se le antoja y se precandidateo para ser la próxima presidenta de Venezuela. Extraña dictadura... como diría el maestro Galeano.
En los meses que estuvimos hicimos zapping por uno y otro medio. Y por ejemplo escuchamos que en algunas de las grandes cadenas televisivas un día se decía que Chávez miente con la enfermedad. Al otro día los mismos decían que ya se moría, que le quedaban horas. Otro día, afirmando cosas y difamándolas, cuando no insultando, sin ningún tipo de pruebas, solamente operando en el inconsciente de una sociedad.
Da rabia la utilización que se hace, sobre todo al exterior de Venezuela, del caso RCTV para hablar de falta de libertad de expresión. Un canal de televisión que formó parte central del golpe de estado mediático, y que cuando la gente salió a las calles para exigir que vuelva Chávez, que vuelva la democracia, ellos pasaban comiquitas (como le dicen por allá a los dibujos animados). Ese canal no lo cerró Chávez. A ese canal se le terminó la vigencia de su licencia, y el estado, con suficiente motivos, no se la renovó. Si una persona se hace pasar por médico, opera personas y las mata, y entonces se decide que no vuelva a trabajar en el hospital ¿alguien se opondría a que no se le renueve su contrato de trabajo? Difícil, de hecho más de uno pediría que se lo encarcele. Ahora, si a una empresa que decía ser un “medio de comunicación”, el estado decide simplemente no renovarle la licencia porque lo que hizo fue incomunicar a la sociedad, mentirle, ser participe en el quiebre de la democracia y propiciar un clima de enfrentamientos donde hubo muertos... entonces sí más de uno se horroriza y exclama que eso es censura. Hablan de falta de libertad de expresión y lloran por RCTV, pero nada dicen de las radios comunitarias, que no necesariamente son chavistas, como el caso de Fé y Alegría, y que durante las 48 horas que duró el gobierno de facto de Carmona, fue amenazada y los comunicadores trabajaron arriesgando su vida para contarle a los venezolanos lo que estaba pasando y que los grandes medios no decían (no dejen de leer “Golpe de radio”, de José Ignacio López Vigil).
Si bien es cierto que en muchas cosas no coincidimos, por ejemplo, en la forma de gestionar los medios públicos, también es cierto que en Venezuela se pueden quejar de muchas cosas pero no de no tener libertad para expresarse.
Poder popular
Desde hace unos años en la República Bolivariana se implementó la figura de “consejos comunales”. Básicamente, son grupos de vecinos y vecinas que se organizan, deciden qué les falta en sus comunidades o su barrios y presentan proyectos al gobierno nacional, quien, una vez que se aprueban, les baja los recursos directamente. Entonces, son ellos y ellas, a través del consejo comunal, los que lo ejecutan en base a lo presentado, sea por una cooperativa u otra forma. De esta manera, evitan que los vivos de siempre, de las gobernaciones y las alcaldías, se queden con un peaje y que nunca llegue nada excepto en la campaña electoral.
Hay consejos comunales que han logrado tener muchas cosas, nosotros vimos dos, que se encuentran alejadísimos de Caracas, uno en frontera con Colombia y otro en la cima de una montaña. Ambos, a través de la organización popular lograron, por ejemplo, instalar infocentros públicos y gratuitos, de ultima tecnología, con software libre y con internet por satélite (algo sumamente costoso).
Comunicación popular y radios comunitarias
Dentro de la efervescencia política que se vive día a día en la República Bolivariana de Venezuela, y sobre todo con las pasiones y odios que genera un presidente como Hugo Chávez Frías, es lógico, que en los últimos años, hayan surgido allí muchas radios comunitarias, populares, alternativas.
A diferencia de otros países de Latinoamérica, en este país el Estado apoya firmemente estos procesos populares. No solo entregándoles equipo técnico de última tecnología (cosa que nos consta), sino también con capacitación y con apoyo, por ejemplo, para pagar remuneraciones a los operadores técnicos.
Algún descreído dirá que en ese caso el Estado y el gobierno se aprovechan de estas radios para bajar línea o para decidir qué se pasa y qué no. Pero, ¿habrá una maquinaria estatal que pueda controlar todo lo que pasa por la tantísima cantidad de emisoras populares que existen legalmente en Venezuela? Alguien puede pensar que sí. Para nosotros, y según lo que vivimos, eso no sucede. Pero acaso, si así fuese, los grupos siempre olvidados por los grandes medios de información y difusión, ¿dónde tendrán más chance de expresarse?
Resulta ilógico pensar que uno de los estados que más licencias y apoyo otorgó a medios alternativos y comunitarios, lo haga simplemente por un factor gubernamental. Más ilógico es pensar, o repetir como loros, que allí hay censura.
En varias de las radios que visitamos, es cierto que la mayoría apoya al proceso de cambio de ese país, por convicción. Lo que no significa que sean medios “adictos” al gobierno o medios partidistas. En estas emisoras lo cultural, lo comunitario y el sentido social de la comunicación es lo que prima.
La mayoría de estas radio nacieron a partir de 2002. Después del golpe de estado de abril de ese año. No es un detalle, si tenemos en cuenta que ese fue principalmente un golpe mediático, reconocido por las propias cadenas televisivas (¿no nos creen?, entonces no dejen de ver la película: “La revolución no será transmitida”)
También, es bueno decir que aún falta, como siempre ha faltado y faltará en la construcción de medios populares, pero creemos que en Venezuela hay más chance y oportunidad que en otros países del cono sur.
Censura y libertad de expresión
Duele mucho escuchar que en Venezuela no hay libertad de expresión o que hay censura. No solo por lo que contamos de las radios comunitarias. Duele escuchar esto en un país donde una legisladora es capaz de pararse en medio del Congreso y gritarle al presidente de la nación: ladrón. Y no por que lo acusa de ser corrupto o porque se ha quedado con algún vuelto, le dice ladrón a los cuatro vientos porque para ella “expropiar es robar”. ¿Existe en la historia de Latinomérica algún caso de que alguien que le grite ladrón a un dictador, y que esa persona siga viva o no vaya presa? Bueno, esa legisladora venezolana goza de su plena libertad, sigue diciendo lo que se le antoja y se precandidateo para ser la próxima presidenta de Venezuela. Extraña dictadura... como diría el maestro Galeano.
En los meses que estuvimos hicimos zapping por uno y otro medio. Y por ejemplo escuchamos que en algunas de las grandes cadenas televisivas un día se decía que Chávez miente con la enfermedad. Al otro día los mismos decían que ya se moría, que le quedaban horas. Otro día, afirmando cosas y difamándolas, cuando no insultando, sin ningún tipo de pruebas, solamente operando en el inconsciente de una sociedad.
Da rabia la utilización que se hace, sobre todo al exterior de Venezuela, del caso RCTV para hablar de falta de libertad de expresión. Un canal de televisión que formó parte central del golpe de estado mediático, y que cuando la gente salió a las calles para exigir que vuelva Chávez, que vuelva la democracia, ellos pasaban comiquitas (como le dicen por allá a los dibujos animados). Ese canal no lo cerró Chávez. A ese canal se le terminó la vigencia de su licencia, y el estado, con suficiente motivos, no se la renovó. Si una persona se hace pasar por médico, opera personas y las mata, y entonces se decide que no vuelva a trabajar en el hospital ¿alguien se opondría a que no se le renueve su contrato de trabajo? Difícil, de hecho más de uno pediría que se lo encarcele. Ahora, si a una empresa que decía ser un “medio de comunicación”, el estado decide simplemente no renovarle la licencia porque lo que hizo fue incomunicar a la sociedad, mentirle, ser participe en el quiebre de la democracia y propiciar un clima de enfrentamientos donde hubo muertos... entonces sí más de uno se horroriza y exclama que eso es censura. Hablan de falta de libertad de expresión y lloran por RCTV, pero nada dicen de las radios comunitarias, que no necesariamente son chavistas, como el caso de Fé y Alegría, y que durante las 48 horas que duró el gobierno de facto de Carmona, fue amenazada y los comunicadores trabajaron arriesgando su vida para contarle a los venezolanos lo que estaba pasando y que los grandes medios no decían (no dejen de leer “Golpe de radio”, de José Ignacio López Vigil).
Si bien es cierto que en muchas cosas no coincidimos, por ejemplo, en la forma de gestionar los medios públicos, también es cierto que en Venezuela se pueden quejar de muchas cosas pero no de no tener libertad para expresarse.
Poder popular
Desde hace unos años en la República Bolivariana se implementó la figura de “consejos comunales”. Básicamente, son grupos de vecinos y vecinas que se organizan, deciden qué les falta en sus comunidades o su barrios y presentan proyectos al gobierno nacional, quien, una vez que se aprueban, les baja los recursos directamente. Entonces, son ellos y ellas, a través del consejo comunal, los que lo ejecutan en base a lo presentado, sea por una cooperativa u otra forma. De esta manera, evitan que los vivos de siempre, de las gobernaciones y las alcaldías, se queden con un peaje y que nunca llegue nada excepto en la campaña electoral.
Hay consejos comunales que han logrado tener muchas cosas, nosotros vimos dos, que se encuentran alejadísimos de Caracas, uno en frontera con Colombia y otro en la cima de una montaña. Ambos, a través de la organización popular lograron, por ejemplo, instalar infocentros públicos y gratuitos, de ultima tecnología, con software libre y con internet por satélite (algo sumamente costoso).
Polarización total de la sociedad
Se habla de que en Venezuela existe una polarización total, y no es para menos. De todos los países del cono sur es el único donde realmente se están encarando cuestiones de fondo, donde sentimos que verdaderamente se vio afectado el capital transnacional y nacional de siempre. Si no fuese tan polarizado, seguramente no sería genuino el avance. Por otro lado, cuando fue al revés, cuando eran los recursos del estado y de los venezolanos de a pie que se veían afectados, ¿en qué medios salía a decirse que se atentaba contra el estado de derecho?
Desde los medios se hace una campaña sistemática y continua. Chávez es el gran culpable de todo, hasta si llueve. Como si en los 200 años anteriores, la pobreza, la exclusión, la corrupción, y demás cosas de que se le acusa al gobierno nunca hubiesen existido. Claro que lo que sigue aun faltando hay que seguir exigiéndolo, pero sin mentiras.
Por último, ¿qué importa la polarización si trae discusión de modelos, si hay debates de ideas? Acaso, que existan pluralidad de miradas ¿no es democracia?
¿A qué se le tiene miedo? ¿a la confrontación? ¿y cuando fue al revés? ¿no sería que cuando se pensaba que había calma, tranquilidad, era porque a muchos venezolanos no les quedaba más que la resignación en silencio?
Solidaridad
Pareciera que Venezuela es uno de los únicos países al que realmente le interesa la integridad e integración del continente latinoamericano. Se puede sentir en casos como Telesur pero también en otrísimas cosas que este país no solo promueve, sino que financia.
No decimos que los pueblos no sientan ese lazo de hermandad y solidaridad, que comprobamos que verdaderamente hay, sino que ahora también se puede ver esa actitud de parte de varios gobiernos. Venezuela no solo representa otra forma de comprender el mundo hoy, sino que tiene la fuerza y las ganas necesarias para bancar lo que eso lleva. Es verdad que es el país más rico de la región, y por ello justamente, en este momento del capitalismo, la lógica indicaría lo contrario, que tendría que cerrarse y sacar provecho a cualquier costo, como el caso de Alemania en la Unión Europea, hundiendo al máximo al resto de los países para evitar sumarse a la crisis que azota a Europa. Pero desde una lógica social, es entendible que lo que prima en Venezuela es la solidaridad con sus países hermanos. Y eso, trasciende al gobierno, ese sentimiento solidario para con los de otros países lo sentimos de parte de muchos de los que forman parte de ese hermoso pueblo.
Los ojos del mundo
No es de extrañar que por todo esto, y porque este país está parado sobre la reserva de petróleo más grande del mundo, donde antes los que mandaban eran los yanquis, los ojos del mundo estén puestos este domingo en Venezuela. El país donde en los últimos diez años del gobierno de Chávez se votó más veces que en los últimos veinte de su historia. Donde todo depende de un hilo delgado para que el continente y la región siga avanzado sin mirar otro espejo que el cercano, y lejos de intenciones de cruzar el océano para buscar recetas a nuestros problemas. Será que todos hablan de Venezuela porque como nos dijo un amigo venezolano, aprendieron que tenían muchos derechos pero que nunca habían sido respetados, y que por eso pase lo que pase “la mayoría de los venezolanos no serán más pendejos”.
Se habla de que en Venezuela existe una polarización total, y no es para menos. De todos los países del cono sur es el único donde realmente se están encarando cuestiones de fondo, donde sentimos que verdaderamente se vio afectado el capital transnacional y nacional de siempre. Si no fuese tan polarizado, seguramente no sería genuino el avance. Por otro lado, cuando fue al revés, cuando eran los recursos del estado y de los venezolanos de a pie que se veían afectados, ¿en qué medios salía a decirse que se atentaba contra el estado de derecho?
Desde los medios se hace una campaña sistemática y continua. Chávez es el gran culpable de todo, hasta si llueve. Como si en los 200 años anteriores, la pobreza, la exclusión, la corrupción, y demás cosas de que se le acusa al gobierno nunca hubiesen existido. Claro que lo que sigue aun faltando hay que seguir exigiéndolo, pero sin mentiras.
Por último, ¿qué importa la polarización si trae discusión de modelos, si hay debates de ideas? Acaso, que existan pluralidad de miradas ¿no es democracia?
¿A qué se le tiene miedo? ¿a la confrontación? ¿y cuando fue al revés? ¿no sería que cuando se pensaba que había calma, tranquilidad, era porque a muchos venezolanos no les quedaba más que la resignación en silencio?
Solidaridad
Pareciera que Venezuela es uno de los únicos países al que realmente le interesa la integridad e integración del continente latinoamericano. Se puede sentir en casos como Telesur pero también en otrísimas cosas que este país no solo promueve, sino que financia.
No decimos que los pueblos no sientan ese lazo de hermandad y solidaridad, que comprobamos que verdaderamente hay, sino que ahora también se puede ver esa actitud de parte de varios gobiernos. Venezuela no solo representa otra forma de comprender el mundo hoy, sino que tiene la fuerza y las ganas necesarias para bancar lo que eso lleva. Es verdad que es el país más rico de la región, y por ello justamente, en este momento del capitalismo, la lógica indicaría lo contrario, que tendría que cerrarse y sacar provecho a cualquier costo, como el caso de Alemania en la Unión Europea, hundiendo al máximo al resto de los países para evitar sumarse a la crisis que azota a Europa. Pero desde una lógica social, es entendible que lo que prima en Venezuela es la solidaridad con sus países hermanos. Y eso, trasciende al gobierno, ese sentimiento solidario para con los de otros países lo sentimos de parte de muchos de los que forman parte de ese hermoso pueblo.
Los ojos del mundo
No es de extrañar que por todo esto, y porque este país está parado sobre la reserva de petróleo más grande del mundo, donde antes los que mandaban eran los yanquis, los ojos del mundo estén puestos este domingo en Venezuela. El país donde en los últimos diez años del gobierno de Chávez se votó más veces que en los últimos veinte de su historia. Donde todo depende de un hilo delgado para que el continente y la región siga avanzado sin mirar otro espejo que el cercano, y lejos de intenciones de cruzar el océano para buscar recetas a nuestros problemas. Será que todos hablan de Venezuela porque como nos dijo un amigo venezolano, aprendieron que tenían muchos derechos pero que nunca habían sido respetados, y que por eso pase lo que pase “la mayoría de los venezolanos no serán más pendejos”.